10/11/2004
Teresa Pérez Romeo.
En 1904, hace justo 100 años, se aprobó la línea de vía estrecha
de Gallur a Sádaba con la Ley de Ferrocarriles
Secundarios dando prioridad al otro tramo presentado
Zuera-Sádaba que tenía mas sentido pues enlazaba el ferrocarril de
Barcelona con el del Norte. En 1912 comenzaron las expropiaciones,
en Ejea y Sádaba hubo algún que otro problema con lo que se
retrasaron las obras en casi un año pues en un principio el proyecto
tendría que haber estado concluido en 1914.
Se inauguró por fin el 30 de marzo de 1915 día de Martes Santo, aunque
solo el tramo Gallur-Ejea, con la asistencia del Ministro de
Fomento y el arzobispo de Zaragoza Juan Soldevilla y Romero
(nombrado cardenal en 1919 y asesinado por los anarquistas en
1923) y un gran número de personajes influyentes del momento
como el Gobernador Civil o el Director General de Obras Públicas.
En un tren especial salieron de la Estación Norte de Zaragoza a las
9 de la mañana dirección Gallur, el tren llega a las 10 y después de
una ceremonia de bendición, sale para Tauste llegando a las 11, tras
un acto en la Villa sigue hasta Ejea, aquí llega a las 12,25 donde además
del alcalde D. Justo Zoco, el párroco, médicos y veterinarios, le
esperaba una gran multitud. La comitiva se trasladó hasta la iglesia
de San Salvador donde se cantó el Te Deum oficiando el arzobispo
de Zaragoza, al terminar se desplazaron por la calle Mediavilla hasta
la Casa Consistorial donde hubo recepción y después comida para
160 comensales con abundante menú traído para la ocasión desde
un restaurante zaragozano; fuera, en la Plaza de España, los vecinos
tuvieron atracciones, globos, fuegos, música y baile.
A las 3,30 retorna a Tauste, donde las autoridades son obsequiadas
con un Dance al aire libre y una fiesta jotera. Después ponen rumbo
a Zaragoza.
El servicio de este tramo de línea comienza el 19 de abril y las obras
continúan hasta el 30 de diciembre completando así el último tramo
hasta Sádaba.
El trayecto constaba de algo más de 55 kms y las obras fueron de
gran dimensión, se elevaron cuatro tramos metálicos sobre el río
Ebro, el Canal Imperial de Aragón, el Canal de Tauste y el Barranco
de Mira. También hubo que construir tres puentes, uno sobre el río
Arba de Biel, otro sobre el Arba de Luesia, estos en Ejea y uno sobre
el Canal de las Bardenas a la altura de Biota.
Había cinco estaciones en Gallur, Tauste, Ejea, Biota y Sádaba, dos
apeaderos en Escorón y Añesa y un apartadero en Mira, estos tres
últimos sólo para viajeros.
En estas estaciones podíamos encontrar un conjunto de construcciones
referentes al ferrocarril, todas ellas de segunda categoría por
ser línea de vía estrecha, la más compleja era la de Ejea, aquí teníamos
el edificio principal de planta rectangular y dos alturas, en la
planta baja tenía lugar la recogida de viajeros y en la alta estaban las
oficinas, un edificio anejo servía para el almacenaje de diversas materias
y para carga y descarga, el personal ferroviario tenía sus viviendas
en la casa siguiente, un depósito de agua (todavía existente y restaurado)
y el silo del Servicio Nacional del Trigo (hoy convertido en
nuestra Escuela de Música).
Además del servicio de viajeros este ferrocarril ayudó a la comercialización
de los productos cincovilleses, que en ese momento eran en
su mayoría trigo, harina (recordemos las harineras que había en la
comarca) y remolacha, contribuyendo así al desarrollo económico
que se disfrutó en la época y que tuvo su apogeo hasta la Guerra
Civil.
Ejea y los demás pueblos crecieron gracias a este ferrocarril que también
nos trajo mejoras en las vías por carretera, ganando estas últimas
terreno en el transporte de mercancías y mermando poco a
poco los beneficios que en un principio había dispensado el ferrocarril
y que ahora quedaba obsoleto por el problema de la estrechez
de sus vías, que dificultaban el enlace del transporte más allá de
Gallur.
En 1970 el tren hizo su último recorrido entre Gallur y Sádaba y la
línea fue cerrada definitivamente.
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