06/02/2009
Por José Manuel Mójica Legarre
La semana en las Cinco Villas nos ha mostrado su faceta más literaria. Si hace un par de dÃas nos hacÃamos eco de la publicación de un libro sobre Castiliscar, firmado por Carlos Leoz Bueno, hoy me cabe el honor de reseñar la primera novela de José Rabassó Vidal, al que muchos conocen puesto que gerencia junto con Teresa, su esposa, el Restaurante `La GalerÃa´, en el ejeano Paseo del Muro. Rabassó es un hombre que puede parecer un tanto lejano a quien no le conoce; su educación, su forma de hablar y su cultura, trascienden más allá de la media; pero una vez roto el hielo, puedo afirmar que es un personaje admirable.
Geólogo geofÃsico, ha trabajado durante muchos años en Venezuela, Canadá y Estados Unidos y, como era de esperar, su primera novela se desarrolla en el ambiente de la industria petrolera de Venezuela. No les voy a contar el argumento porque, a pesar de su sencillez lineal, disimula unas conspiraciones escondidas que denotan claramente las inquietudes de su autor. La colaboración entre narcotraficantes y miembros del Gobierno, sustenta un entramado denso, cerrado, en el que un gerente petrolero y la representante de AmnistÃa Internacional en Venezuela, son blanco de la polÃtica y el narcotráfico.
La novela, concebida originalmente en lengua inglesa, adolece de los vicios narrativos y de los recursos empleados por los profesionales de la escritura, por lo que sigue un hilo narrativo diferente al convencional, obligando al lector a examinar el texto tranquilamente, sin prisa, para empaparse por completo de su significado. Por otra parte, la argucia de colocar información general sobre la situación geopolÃtica de Venezuela, e información sobre el mundo petrolero y la droga, en forma de informes que lee el protagonista en el transcurso de la trama, nos ahorra el trabajo de leer las notas a pie de página o los anexos finales actualmente tan al uso. Por último, un vocabulario que `traduce´ al castellano algunas expresiones coloquiales venezolanas utilizadas en la novela, nos ayuda a comprender mejor el conjunto.
Siempre he sostenido la tesis de que publicar una novela es una forma de aparecer ante el público con todos los sueños, las inquietudes y las preferencias, expuestas a la vista de todos. En este caso, `Sombras´, nos retrata a un autor enamorado de su antigua profesión de Geólogo geofÃsico, que conoce perfectamente los enrevesados recovecos de la manera de ser venezolana; pero si la edad nos suaviza las preferencias, en el caso de Rabassó, las ha agudizado y pone en su actual ocupación, gerente de restaurante, el mismo Ãmpetu que en sus años mozos volcó en el petróleo. Su empuje es de tal calibre y su ilusión tan grande que, no contento con desafiar a la crisis, él mismo me ha comentado que a finales de este mes `La GalerÃa´ cerrará durante tres dÃas para reaparecer como un restaurante totalmente diferente que será el primero en Ejea de los Caballeros en mantener en carta recetas de la época medieval y renacentista, que también aparecerán como raciones y tapas; en resumen, está hecho un chaval.
Dejando a un lado al gerente de restaurante y al Geólogo geofÃsico, me centraré un poco en su obra. `Sombras´ es, como Rabassó, sobria, elegante, sin adornos que distraigan la atención y, sobre todo, muy profunda, con diferentes estratos que se van descubriendo paulatinamente conforme se profundiza y se adquiere confianza. En resumen, si Rabassó es algo más que un amigo, `Sombras´ es mucho más que una novela.
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